Triduo de la transverberación de santa Teresa de Jesús en Alba de Tormes.

Transverberación de santa Teresa de Jesús
PRIMER DÍA:
                Mirar cuando el Señor quiere representar y como quiere y lo que quiere…
                Iniciativa de Dios…
En estos días de preparación a la fiesta litúrgica que la iglesia y el Carmelo teresiano celebra en torno a la Transverberación de Teresa de Jesús, nos acerca a las entrañas mismas de la experiencia de amor esponsal de Teresa con el buen Jesús. En los procesos de canonización, es tomada en cuenta esta gracia de Dios y el Papa Gregorio XV dice:
“Entre las virtudes de Teresa, brilló con luz propia la caridad divina. Este amor se fue avivando en ella gracias a las innumerables visiones y revelaciones con que Cristo la favoreció. Una vez el Señor la tomó por esposa. En otra ocasión Teresa vio un ángel que con un dardo encendido le transverberaba el corazón. De resultas de estas mercedes celestiales, sintió la Santa tan abrasadamente el amor divino en las entrañas, que, inspirada por Dios, emitió el voto, difícil en extremo, de hacer siempre lo que ella creyese más perfecto y para mayor gloria de Dios”
La palabra Transverberación no es el lenguaje que Teresa utiliza para explicar esta gracia, no existe en su vocabulario. La Transverberación es una de las gracias místicas que Dios otorgó a Teresa, es don en su vida, y cuando hablamos de don, se constata la gracia, amistad y gratuidad como la primera estancia o principio del amor que lanza a una vida nueva por el amor encendido en el interior. La Transverberación es similar a la gracia que san Francisco de Asís vivió con las llagas. La Transverberación la enumera entre las “heridas” místicas. El término Transverberación quedó consagrado por la liturgia de la Santa y por la iconografía. Más tarde pasó a las biografías de la santa. 
La Transverberación en el libro de la vida.
Para acercarnos a comprender este don dado en Teresa de Jesús de la Transverberación es necesario leer sus escritos. Exige una lectura comprensiva de lo que dice el texto, por ello, leer a Teresa es leernos a nosotros mismos desde la experiencia no hay otra forma para comprender lo que dice Teresa desde su interioridad. Tras la escucha atenta, Teresa quiere educarnos por medio de la oración el camino hacia el hondón más profundo de nuestro interior donde sabemos que Dios mora. Resultará más clara y real su doctrina, cuando leamos su narración desde la propia experiencia. El texto teresiano es diálogo. Escuchemos:
“Quiso el Señor que viese aquí algunas veces esta visión: veía un ángel cabe mí hacia el lado izquierdo, en forma corporal… No era grande sino pequeño, hermoso mucho, el rostro tan encendido, que parecía de los ángeles muy subidos, que parecen todos se abrasan… Veíale en las manos un dardo de oro largo, y al fin del hierro me parecía tener un poco de fuego. Éste me parecía meter por el corazón algunas veces y que me llegaba a las entrañas; al sacarle, me parecía consigo y me dejaba toda abrasada en amor grande de Dios”                                                                                              Vida, 29, 13
      Estamos cerca del año 1560, ya han pasado seis años cuando Teresa de Jesús (todavía Teresa de Ahumada), acontece la llamada conversión de 1554. Es bueno recordar la gran batalla… guerra penosa… que vivió cerca de 20 años. Esto nos lleva a descubrir que no podemos ver a Teresa sólo desde la perspectiva de los fenómenos místicos, que es don de Dios, sino desde el fundamento humano por donde descubre el camino de transformación que Dios la llevó y Teresa se dejó invadir en el amor.
A partir del año 1554, Teresa cobrará más conciencia de las acciones de Dios e iniciará una experiencia nueva, una vida nueva: aprender el lenguaje de Dios. ¿Cuál es el lenguaje de Dios? La gratuidad. Sentirse y saberse amada por Dios en gracia-amistad. Dios en su iniciativa lleva a Teresa por caminos que están por descubrir. Para este camino se necesita el discernimiento pues …es menester gran discreción a los principios para que vaya todo con suavidad y se muestre el espíritu a obrar interiormente…[1]
Teresa ubica que cerca de dos años y medio[2] Dios, en su iniciativa, le hacía esta merced…  y el obrar de Dios es cuando el Señor lo quiere representar y como quiere y lo que quiere…[3] Teresa es consciente que es querer de Dios y no tiene que ser buscado o fabricado por la persona porque cuando es de Dios no hay que querer y no querer… simplemente se da, porque así lo dispone. Cuando en la vida de Teresa aconteció esta gracia, en ella surge la humildad y  esto crea confusión… En Teresa la humildad es un buen cimiento de la vida espiritual y de la oración para crear conciencia de que si recibimos no es dado gratuitamente por Dios y no por nuestros méritos o por cuantas consideraciones se realicen y …quiere el Señor que veamos muy claro no es ésta obra nuestra, sino de su Majestad…[4]  Esto lo realiza Dios para evitar alimentar la soberbia, antes nos hace estar humildes y temerosos, viendo que como el Señor nos quita el poder para ver lo que queremos, nos puede quitar estas mercedes y la gracia, y quedar perdidos del todo, y mientras andemos con miedo mientras en este destierro vivimos….[5]
Teresa reconoce que al principio de su vida espiritual, Dios fue el que tuvo la iniciativa, comenzóme su Majestad a hacer tantas mercedes en estos principios, que al fin de este tiempo que estuve aquí comenzó el Señor a regalarme tanto en este camino,...[6] cuando Teresa hace esta referencia del actuar de Dios, es porque ha despertado y la conciencia tiene mayor luz para detectar este lenguaje de Dios en su vida. Dios de da a conocer y se da a sí mismo por medio trato, es una convicción teresiana. El hacerla consciente ser un paso posterior para darse cuenta de esta realidad.
Las acciones que Dios disponen a Teresa a desear entregarse del todo a Dios …no me parece acababa yo de disponerme a quererle servir, cuando su Majestad me comenzaba a tornar a regalar[7]. La humildad que es andar en verdad, será una virtud necesaria en este camino de gratuidad, insistirá Teresa. Y ella para reconocer esta gratuidad se adentra en una etapa nueva de aprendizaje y se educa en recibir de Dios la gracia-amistad. Será la oración donde aprenderá desde el buen Jesús que es el espejo de la humildad, a verse y descubrirse desde Él. Aparece en la vida de Teresa la humanidad de Cristo donde se presenta como el Buen Maestro y ella como discípula, a los pies del Maestro… El Buen Jesús será quien le enseñe a Teresa el camino de gratuidad y de la iniciativa de Dios, de cómo acoger el reino de Dios, para hacer la voluntad de Dios …desde a poco tiempo que comenzó su Majestad a señalar más que era él, creciendo en mí un amor tan grande de Dios… …veíame morir con deseo de ver a Dios… Dábanme ímpetus grandes de este amor…[8] Aprender y educarse en el lenguaje de Dios, en el amor gratuito conlleva a experimentar el amor de una manera nueva, muy distinto al amor humano, que se sabe, saborea y gusta de otra manera …quien no hubiere pasado estos ímpetus tan grandes es imposible poderlo entender, que no es desasosiego del pecho, ni unas devociones que suelen dar muchas veces, que parecen ahogan el espíritu, que no caben en sí… 
Acoger la iniciativa de Dios…
La recepción de  la gratuidad de Dios, Teresa es consciente que tiene que aprender y dejarse educar y ¿cómo educarse en este lenguaje del amor de Dios? Para educar-se es necesario …procurar con suavidad recoger –ímpetus- dentro de sí y acallar el alma…[9]. Dios tiene la iniciativa de provocar en Teresa una experiencia nueva de amistad. Para ella educar-se en un nuevo lenguaje de Dios será todo un aprendizaje cotidiano, de años, donde aprenderá a ser amiga.  La gratuidad y la iniciativa de Dios simplemente se acogen, se reciben, dará fruto a su tiempo porque es obra de Él. Y para comprender más esta gratuidad de Dios, aprender y educarnos en este nuevo lenguaje, Teresa nos dará un ejemplo muy gráfico de educación:
… es esto como unos niños que tienen un acelerado llorar, que parece van a ahogarse y, con darlos a beber, cesa aquel demasiado sentimiento…. Acalle a este niño con un regalo de amor que le haga mover a amar por vía suave y no a puñadas, como dice… que recojan este amor dentro..[10]
Teresa de Jesús parte de un hecho que ella misma constata y redacta en el libro de la vida: Dios actúa. El actuar de Dios es ofrecerse a sí mismo como don gratuito. La novedad del aprendizaje de Teresa lo encontrará en tener la capacidad para poder recibir este don. El lenguaje de Dios es el amor. Teresa hasta que no se experimente y tome conciencia que primero es amada por Él, no comprenderá esta dimensión nueva, sobrenatural, divina. Al Sentirse amada por Dios surge en ella deseos grandes de entregarse a Él por amor. Este es el fundamento de la humildad el reconocer que Dios se da en amor, nos da dones y nos capacita en ese amor para darlos a los demás, ofreciendo, como él, lo que hemos recibido.
Teresa de Jesús desarrolla esa capacidad de recibir de Dios su amor por medio de la oración,....para estas mercedes tan grandes que me ha hecho a mí, es la puerta la oración: cerrada esta, no sé cómo la hará;…[11] . Este ejercicio de vida le hace descubrir los grandes dones que el Señor le va ofreciendo. ¿Para qué nos da el Señor los dones? Porque con estos dones esa donde el Señor nos da la fortaleza, que por nuestros pecados nosotros perdimos…[12]
Desde esta iniciativa de Dios que se lleva con suavidad y discreción…  Dios educa a la santa por el camino de la oración, encendiendo en su interior el amor a Él, por medio de los ímpetus que ella describe como un modo de oración. En este grado de amor y de oración acontece en la vida de la santa la Transverberación. Primero enciende en amor a Teresa para disponerla a acoger ésta gracia. Para acoger la gracia de Dios esta la iniciativa de acoger primero el amor de Dios. El lenguaje del espíritu es acoger, recibir, disponerme, educarnos, aprender el amor gratuito de Dios que simplemente se da. 
Aprendemos de Teresa de Jesús:

*        La iniciativa del amor es de Dios y no de nosotros.
*        Para amar a Dios es necesario recibir ese amor.
*        Para recibir tenemos que educarnos en ese amor de Dios que se expresa como gratuidad, don, gracia, amistad.
*        Teresa nos educa que el espacio donde podemos tomar conciencia de este lenguaje del amor gratuito de Dios es necesario ejercitarnos en la oración.
*        Por ello, es necesario darnos cuenta de que es Dios quien nos lleva por diversos modos porque es su querer… como quiere y cuando quiere…
*        El camino de la gratuidad, del amor de Dios y lo que Él en el camino orante ofrezca como dones o mercedes hay que aprender a discernirlo con suavidad y discreción…
*        Aprendemos de Teresa de Jesús el ejercicio de la humildad y de la disposición para que Dios encienda su amor en el interior y así amarle y amar a los demás.




[1] V. 29, 9
[2] V. 29, 2
[3]  V. 29, 1
[4]  V. 29, 3
[5]  V. 29, 3
[6]  V. 4, 7
[7]  V. 9, 9
[8]  V. 29, 8
[9]  V. 29, 9
[10]  V. 29, 9
[11]  V. 8, 9
[12]  V. 10, 6
SEGUNDO DÍA:
                     Herida de amor…
 Herida de amor…. ante todo experiencia del amor…
El amor divino se experimenta en lo más humano de Teresa y este amor, hace posible la unión entre dos cosas tan desiguales… como lo es la creatura y Dios.
El fenómeno místico de la Transverberación se centra en la entrega mutua, de Teresa y de Dios en un trance de amor o en lenguaje teresiano: una herida de amor[1] que ella la describe en Cuentas de Conciencia 54, 14, como: un modo de oración… herida… dolor grande… sabroso…. en el interior…[2]   
Escuchemos completa la narración que Teresa ofrece de este don a sus confesores:
Otra manera harto ordinaria de oración es una manera de herida, que parece al alma como si una saeta la metiesen por el corazón, o por ella misma. Así causa un dolor tan grande que hace quejar, y tan sabroso, que nunca querría le faltase. Este sentido… es en el interior del alma sin que parezca dolor corporal, sino que como no se puede dar a entender sino por comparaciones, pónense estas groseras…  las penas del espíritu son diferentísimas de las de acá…                                                                                          CC. 54, 14
La Transverberación es experiencia de amor de Dios que Teresa no entiende y si goza, saborea con intensidad de amor y no sabe cómo es ese amor. Por ello, el lenguaje con el que Teresa habla ha de ser oído desde el corazón. Estamos en un momento especial de la vida de Teresa del amor de Dios. Por ello, el lenguaje tiene su profundidad, su misterio, su profundidad.
 Ella misma se pregunta ¿Cómo describir el amor de Dios y darlo a entender? ¿Cómo expresar con palabras lo que se siente dentro? ¿Cómo explicar los deseos desbordantes del interior al sentirse profundamente amada, al sentir la herida de amor sin poderla expresar en este lenguaje humano? Y Teresa utiliza figuras, comparaciones y semejanzas y como una música donde las notas provienen del interior y da  por sí misma, despierta en el interior lo que se ignora y esboza la abundancia del Espíritu, del amor de Dios.
Por ello, la poesía va ser un intento de describir lo que no se puede expresar con palabras, la santa dice: ¡Oh hermosura que excedéis a todas las hermosuras, sin herir dolos hacéis y sin dolor deshacéis el amor de las criaturas… ¡Oh ñudo que juntáis dos cosas tan desiguales! ¿Cómo reflejar lo que se lleva y se vive dentro? El intento de la narración teresiana en la poesía es develar el reflejo de Dios que habla, vive, habita dentro. Con la poesía Teresa intenta no sólo gozar, sino que otros gocen de la experiencia, de la obra de Dios, de lo que Dios habla, suscita, comunica desde dentro. La interioridad se exterioriza en un cántico, en la poesía o en la narración de la experiencia vivida.
En Teresa de Jesús su punto de partida es la experiencia. La dificultad para abrirnos a la experiencia está en la influencia que hemos tenido, por la cultura occidental, de tratar de entender con el pensamiento todo. Queremos encerrar a Dios en nuestra razón, y cuando tenemos algún conocimiento de Él, ya creemos que lo sabemos todo. Teresa nos narra su experiencia en el libro de la vida, cuando el amor que vivía lo relacionaba con el temor y era un amor servil, o sea, un amor condicionado por el comportamiento o por cuantas obras se realizan, se recude a cuanta capacidad se tiene, humanamente, para amar. Para Teresa dar el paso del amor servil al verdadero amor de Dios será cuando descubra cuanto la ama Dios, porque así, al sentirse amada por Dios se despierta y se descubre otra manera de ver la vida en Dios. De ahí nace la invitación de Teresa a descubrir que en la oración no consiste en pensar mucho, sino en amar mucho…
Teresa quiere testificar que el amor de Dios no sólo es una idea abstracta o un aprendizaje practico, sino es una experiencia que  se suscita dentro, es el toque delicado... que san Juan de la Cruz comenta en el Cántico espiritual.
Desde esta perspectiva podemos descubrir ahora que la Transverberación de santa Teresa, su corazón …herido de amor… no se centra solo en el fenómeno místico, sino en la intensidad de amor que existe entre Dios y Teresa y este amor, entre más se experimenta, es indescriptible porque toda ciencia trasciende… es indescriptible porque no se entiende con la razón, sino desde la voluntad, desde el corazón, desde la interioridad porque se experimenta dentro como fuerza, poder, manifestación del misterio de Dios. Es un lenguaje que se sabe y se gusta, no con el entendimiento sino con la experiencia. Experimentar en Teresa es gustar, saborear, deleitarse, engolfarse en las acciones de Dios. Este gozo nace, surge, acontece dentro pues es en el interior donde sólo se puede gustar-gozar a Dios. Tal es este gozo que se experimenta en el interior como iniciará Teresa a descubrir en otros momentos orantes.
Palabras faltan para poder describir lo que se experimenta y al referirla como una herida de amor se entiende como el amor vivido y encarnado del amor de Dios en el interior. Y su toque es delicado… que san Juan de la Cruz lo describe, este me dejaste con gemido, como el ciervo huiste, habiéndome herido, salí tras ti clamando y eras ido y este toque… este heridaa vida eterna sabe y toda deuda paga, matando muerte en vida ha trocado… la vida se convierte en muerte y al experimentar la muerte del yo como una herida, se transforma en el amor, y vuelve a la verdadera vida, centrada en Dios. Ya Teresa narrará en el libro de la vida 23,1, …de aquí en adelante es libro nuevo, porque ya no soy quien vive en mí, sino él vive en mí…. 
Heridas de amor… camino en el amor.
Cuando la relación con Dios se intensifica en la vida de Teresa de Jesús, podemos hablar no de una herida de amor, sino de heridas de amor. Y éstas heridas de amor, se tienen registradas en su itinerario espiritual por medio de sus escritos. Teresa referirá este don varias veces en su vida:
*       La primera vez en el Libro de la Vida 29, 13-14: donde sobresale:
o   La gracia que le sobreviene al término de un proceso de amor y de heridas internas. “¡Oh qué es ver un alma herida!” (n. 11)
o   Le ha sucedido más de una vez: “…quiso el Señor que viese algunas veces esta visión…” “…esto tenía algunas veces” (nn. 13-14)
o   Le acontece en un momento de gracia de amor dentro (n. 13)
o   Interviene Dios… un ángel “hermoso mucho”, “el rostro tan encendido”… “dardo largo” “…al fin del hierro parecía un poco de fuego” “… me parecía meter (el dardo) en el corazón algunas veces y que me llegaba a las entrañas…“…me dejaba toda abrazada en amor” (n. 13)
o   Duraba varios días… “los días que duraba esto, andaba yo como embobada, no quisiera ver ni hablar, sino abrazarme con mi pena que para mí era gloria” (n. 14)
*       Otros relatos: hacia 1560, cuando ella había entablado amistad con Dña. Giomar de Ulloa, estando en su casa y compuso uno de sus poemas: ¡Oh hermosura que excedéis…sin herir dolor hacéis y sin dolor deshacéis…
*       También el poema del Cantar bíblico “Mi amado es para mí y yo soy para mi Amado, cuya segunda estrofa dice: del dulce cazador… hirióme con una flecha enherbolada de amor…
*       Y en 1576, en Sevilla cuando escribe en Cuentas de Conciencia 54, 14, hablando precisamente de las heridas de amor
*       No mucho después, en 1577, y a distancia de al menos 16 años, Teresa evoca y revive la gracia en el carteo íntimo con su hermano Lorenzo, a quien ella quisiera traspasar su fuego amoroso. Teresa recuerda de memoria el poema compuesto en el lejano 1560 (Ctas, 172, 23 y 177,5)
Y lo constatará la santa estas heridas de amor en los diversos modos por donde Dios la llevó en el camino de la oración, hasta el momento de la unión por medio del amor. Los frutos de las acciones de Dios, desde la gratuidad de su amor como don, de …esta herida de amor… estará tejida de alteridad. Dios, su manera de hacerse sentir su amor, toca a la persona. La herida de amor altera el ser, altera el lenguaje, altera la voluntad. El lenguaje aparecerá como una ausencia y presencia del misterio del amor Dios. Por ello, al alterar el lenguaje del orante, descubrirá que tiene mucho que decir, pero no sabe cómo expresarlo, y entre más heridas de amor, más se despierta el lenguaje nuevo que se ha aprendido y experimentado.
Teresa se experimenta muerta en una nueva vida. Dios se ha volcado en el interior. Es novedad sabrosa. Sin poder decir nada, sólo gozar del sabor de Dios. Dios se deja tocar, saborear, experimentar. Expresiones que relatan una vivencia psicológica-humana-espiritual nueva en su proceso orante:
*     Muchas veces estaba así como desatinada y embriagada en este amor, y jamás había podido entender cómo era…
*     Bien entendía que era Dios, mas no podía entender cómo obraba aquí…
*     Sólo tienen habilidad las potencias para ocuparse todas en Dios…
*     Háblanse aquí muchas palabras en alabanzas de Dios sin concierto, si el mismo Señor no las concierta[3]
*     Toda ella querría fuesen lenguas para alabar al Señor. Dice mil desatinos santos, atinando siempre a contentar a quien la tiene así.
*     Todo su cuerpo y alma querría se despedazase para mostrar el gozo que con esta pena siente[4].
*     Sólo consiente la voluntad en aquellas mercedes que goza, y se ha de ofrecer a todo lo que en ella quisiere hacer la verdadera Sabiduría
*     es tanto el gozo, que parece algunas veces no queda un punto para acabar el ánima de salir de este cuerpo. ¡Y qué venturosa muerte sería! [5]
*     es tan grande la gloria y descanso del alma, que muy conocidamente aquel gozo y deleite participa de él el cuerpo;
*     y esto muy conocidamente, y quedan tan crecidas las virtudes como he dicho.[6]
Gratuidad de Dios invita a vivir gratuitamente en Él. La experiencia de Dios que es gozarle, saborearle conlleva a una vida nueva y de entrega. Ya no se aquilata el amor, sino que vuelve generoso a pesar de las contrariedades que se encuentra en la vida. Mientras más contrariedades dificultades más, pues se tiene la certeza de la presencia, del gozo de Dios porque va descubriendo la verdad del sufrimiento por amor: la cruz. La cruz que es llevada por amor es recompensa. Así lo experimentará y mientras más padeciere más se ve cercana a vivir ya en Dios …qué delgada y pesadísima cruz tenéis aparejada a los que llegan a este estado! Delgada, porque es suave; pesada, porque vienen veces que no hay sufrimiento que la sufra, y no se querría jamás ver libre de ella, si no fuese para verse ya con Vos. Cuando se acuerda que no os ha servido en nada, y que viviendo os puede servir, querría cargarse muy más pesada y nunca hasta la fin del mundo morirse. No tiene en nada su descanso a trueque de haceros un pequeño servicio; no sabe qué desee, más bien entiende que no desea otra cosa sino a Vos.[7] Lo que se desea es Dios, ese es el fin, los medios ya no resultarán tan difíciles cuando se tiene la libertad y el amor puestos en Dios.

Aprendemos de Teresa de Jesús:
*       La Transverberación, más allá de un fenómeno místico, es la entrega mutua de Teresa y Dios. Se unen en el amor, tan desigual.
*       El amor de Dios se goza, es deleite, se sabe (de sabiduría), se siente dentro…. es desde la experiencia, no se entiende y se saborea.
*       Dios en su modo de amar toca, hiere en el amor.
*       Cuando hiere Dios en el amor, transforma a la persona, a vida eterna sabe… es el lenguaje de la novedad de Dios: al amor gratuito.
*       Las heridas de amor invitan a vivir en la gratuidad… a entregar la vida a pesar de las dificultades, porque el gozo está dentro dando vida…
 


[1]  CC. 54, 14
[2]  ibidem
[3]  V. 16, 2
[4]  V. 16, 4
[5]  V. 17, 1
[6]  V. 17, 8
[7]  V. 16, 5
TERCER DÍA:
                       En amor toda encendida…
Un alma en Dios escondida, ¿qué tiene que desear,
sino amar y más amar, y en amor toda encendida,
tornarte de nuevo a amar?[1]
En amor toda encendida…
La herida de amor, sólo es sanada con el mismo amor que ha herido…con grandísimas muestras de amor curáis estas llagas que con la saetas del mismo amor habéis hecho!...[2]. La herida de amor despierta amar y este amor lo da Dios con suavidad… deleite… regalo… Mientras más se enciende el amor, más crece, y al crecer se posee este amor. No como título de propiedad o de un amor egoísta y excluyente, sino de pertenencia mutua a manera como lo dice Teresa este amor hace en ella el ser cautiva…. prisionera… ya no se puede descartar la experiencia de sentirse amada por Dios que le hace estar atada a Él, dependiente de Él. Dios posee el corazón de Teresa y Teresa posee el amor de Dios, lo hace suyo, se hacen uno. Y este camino en una libertad plena que hace en Teresa expresar: Mi Amado es para mí, y yo a mi Amado y mí Amado a mí…
Poseer a Dios no es nada igual al amor posesivo y egoísta del amor humano, que busca sólo satisfacer sus necesidades e intereses, sino es la posesión-unión-certeza-seguridad de la confianza del amor de Dios. Consecuentemente a esta posesión surgen los grandes deseos de no quedarse con ese amor, sino darlo a conocer. Teresa quiere engolosinar en esta experiencia y constata que …mientras más amadores entiende que hay, más crece –el amor-…[3] Mientras más personas amen a Dios, y busquen este bien, más crece el amor a Él y a los prójimos. Teresa habla del amor verdadero, del amor apasionado que da la capacidad para olvidarse de sí y darse del todo a Dios.
En Teresa surgen convicciones con estas heridas de amor, de esta experiencia de amor de Dios, que no fue nada fácil acomodar su afectividad a este amor verdadero de Dios, se da cuenta que, cuando vive con intensidad este don de Dios …sólo el amor es el que da valor a todas las cosas… y que este valor pide la santa que sea tan grande que ninguna –creatura- le estorbe a amar,… [4] El amor le hará descubrir lo importante de la vida: Dios, los otros, la oración, lo esencial… tendrá en cuenta, poco a poco, de todo aquello que pueda saborear lo perdurable, lo estable, lo que no pasa, porque SOLO DIOS BASTA.
Teresa se va dando cuenta que el amor que ha experimentado es totalmente nuevo, desconcertante y a la vez atractivo. El amor despierta contradicciones, pues conocer a Dios por el amor, siempre lleva consigo novedades, y al principio Teresa no sabe cómo moverse en el lenguaje de la gratuidad, incondicionalidad y suavidad como la trata Dios. Se siente el amor, y no se sabe cómo es este amor. Teresa, en su estar encendida de amor siente que sólo la muerte es la única manera de vivir este amor, y los deseos grandes de amar, hacen expresar desde lo más interior del corazón, ¡Oh vida larga, oh vida penosa, oh que no se vive, qué sola soledad, qué sin remedio!; pues, ¿cuándo, Señor, cuándo, hasta cuándo?, ¿qué haré, Bien mío, qué haré? ¿Por ventura desearé no desearos? ¡Oh mi Dios y mi Criador!, que llagáis y no ponéis medicina; herís y no se ve la llaga, matáis dejando con más vida; en fin, Señor, hacéis lo que queréis como poderoso… yo no quiero sino quereros…[5]  
El amor perfecto, el buen Jesús.
Teresa en su experiencia orante aprenderá que el amor perfecto es el que va imitando al capitán del amor: Jesús, nuestro bien[6] . Con tan buen amigo presente, con tan buen capitán… es amigo verdadero” Alabad mucho, hijas, a Dios por esta libertad que tenéis[7]
Este amor, aprendido del buen Jesús, se alimenta en el amor al prójimo, amando a Dios amamos a los demás. Teresa descubre esta verdad del amor vertical para con Dios y horizontal para con el prójimo. En el cruce de estas dos líneas se nutre el amor. El amor así vivido, nos enseña el Buen Jesús que en su vida vemos …cuántos trabajos y dolores la ganó… y no se desagradezca la grandeza de su amor que tan costosamente nos ha enseñado a amar,… ¡Oh redentor mío, y cuán olvidados se olvidan de sí…[8] Teresa se pregunta, ¿hasta cuándo seréis duros de corazón, y le tendréis para ser contra este mansísimo Jesús?....[9]
Teresa de Jesús  al ser amadora de Dios se convence que para poder vivir es necesario hacer algún servicio… por ello, el camino de la cruz será un buen servicio de amor …no rehúso todos cuantos trabajos en la tierra me puedan venir,…[10]  por amor se pueden pasar cuántos trabajos puedan venir en la vida del orante. Y los deseos de Teresa es compartir este amor con quien le rodea. Teresa asume la invitación del Buen Jesús de hacer su centro su seguimiento, ya no ser el centro de sí, sino que Él, por el amor, sea el centro de la vida, …merezcamos todos amaros, Señor; ya que se ha de vivir, vívase para vos; acábense ya los deseos e intereses nuestros…[11]
Los intereses personales, se convierten en los intereses del Amador. Y el deseo de quien en verdad ama es morir para que Él viva. La necesidad de quien ama, lucha por querer entregar el amor …quiero o deseo que vuestro amor viva siempre en mí;… muera ya este yo, y viva en mí otro que es más que yo, para que yo pueda servir; él viva y me dé vida; el reine y sea yo cautiva, que no quiere mi alma otra libertad…[12] No hay mayor signo del amor que la libertad.
Quien de verdad ama a Dios no dejará de anunciar su obra, la vida nueva que realiza en cada acontecimiento de la historia. O se define el orante a seguir las leyes de Dios o se decide a las del mundo. Necesidad de libertad.
Teresa apostará al decir que el amor es una de las virtudes grandes que es necesario ejercitar en el camino de la oración. Sin un amor verdadero no hay libertad y si no hay libertad, se tendría gran dificultad para vivir en Dios y para Dios.
Para amar con libertad, como todo lo auténtico, es un proceso y un aprendizaje continuo que implica lucha contra nuestro egoísmo, deseo del bien del amigo, liberación de ataduras, pasar por el cuerpo y llegar al castillo interior del otro para comunicarnos de hondón a hondón, búsqueda común de la voluntad de Dios, aprender a escucharnos y a compartir, sufrir y gozar, perdonar, creer en el otro... para llegar a la amistad verdadera se aprende, siéndolo. Teresa aprendió, como todos de sus equivocaciones, de sus dependencias, de sus intentos de amar.
Una persona que ama, ha descubierto el horizonte hondo de las personas. No se contenta con amar lo de fuera, sino que va más allá de la belleza de estos cuerpos por hermosos que sean, por muchas gracias de la naturaleza que tengan, por mucho que plazcan a la vista y sirvan para alabar al Criador[13]. El amor no es caduco; ha de estar apto para durar siempre. Brota de personas reales o las hace. Es la forja de las grandes amistades.
Teresa que ha calado a fondo la suavidad… ternura…y deleite del amor de Dios en sus relaciones con los demás invita trasmitir calor humano, sensibilidad y realismo. Habla de ternura, de condolerse, holgarse, apiadarse, quitar trabajo al otro, sentir y sentir mucho... todo por ver rica el alma del amigo[14]. Quien se ha adentrado en el amor de Dios y en los demás …todo lo que desea y quiere es ver rica aquella alma de bienes del cielo. Quiero más que se quieran y amen tiernamente y con regalo, aunque no sea tan perfecto como el amor que queda dicho, como sea en general, que no que haya un punto de discordia[15]
El verdadero amor va a acompañado con la fuerza de voluntad, que no se reduce al sentir de la persona, sino en el salir de sí mismo y amar incondicionalmente, como Dios nos ama. Es amar con pasión. El verdadero amor que Teresa concluye, aquel que es verdadero y evangélico y que hace posible verificar la experiencia orante en la vida espiritual, es el amor al prójimo. Que no consiste en buscar el interés propio, sino en tener la capacidad por amor de renunciar a sí mismo por contentar, amar y donarse a los hermanos, especialmente aquellos que más nos cuesta y necesitan de nuestro amor. 
Aprendemos de Teresa de Jesús:
*       La herida de amor se cura con el amor mismo de Dios y amándole a Él y a los demás.
*       El amor de Dios se posee como certeza de su presencia.
*       El fruto de la posesión del amor de Dios, cuando es verdadero, surgen los deseos grandes de que otros le amen.
*       La vida en el amor de Dios da valor a todas las cosas que nos rodean…. Desde este amor se ama todo.
*       Se educa el amor y se aprende a amar al ver al Buen Jesús, que es el capitán del amor. Él nos enseña que la mejor manera de amar es la libertad.
*       El amor da la posibilidad de buscar los mismos intereses del Amador, el buen Jesús. El interés es la muerte del yo, para que viva Él. Esta es la mejor manera de vivir en libertad.
*       El amor, aprendido desde el Buen Jesús, ama con realismo, no se entretiene en aspectos superficiales de los demás sino todo el anhelo es buscar alabar al Criador  en todo lo que realiza.
*       El amor se expresa con suavidad y ternura con calor humano: condolerse, holgarse, apiadarse, quitar trabajo, sentir y sentir mucho con el otro… son formas de amor concreto y evangélico.


Julio Rincón, ocd
Carmelitas descalzos de Alba de Tormes, España.
Fiesta de la Transverberación de santa Teresa de Jesús. 
25, 26 y 27 de agosto de 2011



[1]  Poesía 9, Coloquio de amor.
[2]  Excl. 16, 2
[3]  Excl. 2, 1
[4]  Excl. 5, 2
[5]  Excl. 6, 1
[6]  C. 6, 9
[7]  C. 5, 1
[8]  Excl. 3, 1
[9]  Excl. 3, 2
[10]  Excl. 15, 3
[11]  Excl. 15, 3
[12]  Excl. 17, 3
[13]  C. 6, 4
[14]  C. 7, 1
[15]  CE 11,11